Una reserva natural de Sudáfrica ha decidido tomar una medida drástica para detener la caza furtiva: inyectar cianuro en los cuernos de los rinocerontes con intención para matar o enfermar gravemente a quien consuma el cuerno. En lo que va de año, los cazadores furtivos -equipados con helicópteros y sistemas de visión nocturna- han abatido 150 rinocerontes en Sudáfrica para arrancarles el cuerno, que alcanza un precio de 60.000 euros en China, donde se le considera afrodisíaco.
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