Mobiliario de diseño, maquinaria de última generación, un gimnasio y una piscina dignos de cualquier gran centro deportivo privado y, sobre todo, un precio desorbitado. Cuesta 25 millones de euros, pero el Ayuntamiento tendrá que pagar 121 millones en 30 anualidades. Una construcción herencia de la anterior legislatura que está siendo investigada por malversación de caudales, entre otros delitos, en el llamado caso Bomsai.
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