Un nuevo estudio ha descubierto que tener un empleo no siempre es sinónimo de mejor salud psicológica, sino que depende de la calidad del puesto de trabajo. De hecho, las personas con más posibilidades de empeorar en su salud mental a lo largo del tiempo son las que sufren las peores condiciones laborales, y estarían más sanas de haberse mantenido desempleadas. Original en inglés:
www.bmj.com/content/298/6670/366.abstract?sid=5001b035-9882-4b27-b591-