Betty y Bob Matas se acaban de jubilar y se van a mudar a Arizona, pero al igual que muchos habitantes de Nueva York ninguno de los dos conduce, y no quieren que sus gatos recorran tamaña distancia en la bodega de carga de un avión. La solución no podría ser más neoyorquina: un taxi. El amor por sus gatos les costará 3.000 dólares más gasolina, alojamiento y comida. Reporta (en inglés) Yahoo! News.
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