Tom y Sarah Newman invirtieron unos 35 mil dólares en un tratamiento de fertilización con donante de esperma. Finalmente, en 2007 Sarah quedó embarazada y tuvo una hija, a la que llamaron Jessica. Sólo 3 meses después, Tom dejó a su mujer e hija porque no se sentía “conectado” con la pequeña, él se fue después del nacimiento de su hija porque no la sentía como propia: había sido concebida con una donación de esperma, según publicó Daily Mail. “Dijo que lo hacía sentir disminuido como hombre” explicó Sarah.
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