El deseo de una pareja conformada por dos hombres de origen español de tener dos hijos mediante un vientre femenino en alquiler, pasó de ser un acontecimiento de felicidad a todo un lío legal, en el que la legislación de Tabasco, que permite dicha posibilidad, se contrapone a las leyes migratorias federales. Producto de esta contradicción legal, este matrimonio gay quedó varado en Cancún con sus dos retoños, al no poder llevarse a sus pequeños a su patria, por negarse la Secretaría de Relaciones Exteriores a expedirles pasaportes.
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