Un estudio realizado por científicos de varias universidades europeas y del Gobierno francés concluye que el declive del oso pardo en el Pirineo no se debe a la presión del hombre, sino a problemas reproductivos o de comportamiento relacionados con la situación "desesperada" que vive la especie. Esos problemas sólo pueden resolverse con nuevas reintroducciones, pero para tener éxito y asegurar la supervivencia de este carnívoro haría falta liberar al menos 13 nuevos ejemplares: 3 machos y 10 hembras. En la parte occidental sólo quedan machos.
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