Vendió lo que tenía para que su hijo cumpliera un sueño. Fue la razón de su existencia y, de repente, vio cómo todo se venía abajo con su trágica muerte. No derramó una lágrima, consoló a los que le rodeaban y no pide silencio en su recuerdo, sino todo lo contrario. Es Paolo Simoncelli, un ejemplo de superación personal ante la mayor de las adversidades.
|
etiquetas: motociclismo , simoncelli