Podría parecer que privar a los ciudadanos de los mapas personalizados se encuentra en los últimos puestos de la lista de escándalos internacionales. Aún así, esa fue la condición que se puso en la presentación del iPhone 3G de Apple en Egipto. El Gobierno pidió la supresión del sistema de posicionamiento global del teléfono, argumentando que el uso del GPS es un privilegio exclusivamente militar. Al parecer, Apple accedió, aunque probablemente guiándose más por las empresas de telecomunicaciones que comercializan allí el teléfono.
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