En China no existe el debate que tanto espanta a la UE. La nación que pugna por controlar la economía mundial tiene aprobada la construcción de 40 nuevas centrales nucleares, casi la mitad de las proyectadas hoy día en todo el planeta. Hace tiempo que Pekín descubrió sus cartas. No estaba dispuesto a sacrificar una fuente energética que le ayudaba a compatibilizar un doble objetivo estatal: mantener el fuerte ritmo de crecimiento económico y reducir sus desorbitadas emisiones contaminantes.
|
etiquetas: energía , nuclear , europa , china