Para las asociaciones ultracatólicas de padres de alumnos todo son ventajas con la separación de chicos y chicas en las aulas. Por un lado, se distraen menos cuando no hay presencia del sexo opuesto, lo que favorece la faceta académica y reduce el fracaso escolar. Por otro, aumenta la tranquilidad en el aula y --atención al dato-- se elimina la violencia sexista. La Concapa y la Cofapa esgrimieron ayer estos argumentos para defender el derecho de los centros que admiten solo a escolares del mismo sexo a recibir financiación pública.
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