Los padres de esta menor prefieren exponerla a la muerte antes de que le hagan una transfusión, alegando que "nuestra religión nos dice que no podemos ingerir sangre ni tampoco la transfusión de sangre". La niña padece de anemia aguda y permanece grave hospitalizada en un hospital de Iquique, en Chile. Por su parte, los directores del hospital ya tomaron medidas legales para proceder con el tratamiento.
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