Los padres de la escuela infantil pública Sancho de Daimiel, “la más grande toda la provincia con unos cien niños”, remarca Alberto, padre de una alumna, quieren que la Consejería de Educación reconsidere la decisión de cesar a dos profesoras a cuarenta días para que finalice el curso escolar -en el caso de estos centros termina en agosto-, que obligará a masificar clases y provocará más trastornos a niños y profesores.
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