A los comensales del Gordo Tony [Whistler, Columbia Británica] se les cortó de repente el apetito cuando la puerta del restaurante se abrió y un enorme oso negro entró en el establecimiento. Mientras el animal se dirigía al aparador los comensales y el personal optaron por dirigirse hacia la calle por la salida de emergencia, cosa que aprovechó el oso para escabullirse tras el mostrador y darse un festín de pizza sin ser molestado. Según los dueños del local el oso se comportó muy educadamente (para un oso) y no causó destrozos.
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