En octubre, un año después de la llegada de Osama, el refugiado de la zancadilla, se producía un cruce de declaraciones entre el sirio y la escuela de entrenadores que le había proporcionado trabajo, vivienda y una vida nueva. El Sirio creía que se habían aprovechado de él; los segundos, que Osama no hacía nada por integrarse. Cuatro meses después poco han sabido de Osama, sigue sin aprender español y desde CENAFE siguen pagándole la vivienda,si bien consideran que su negativa a aprender español significa que no tiene interés en integrarse.
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