Cuando estés en peligro, silba. Eso parece funcionar para la oruga esfinge del nogal (Amorpha juglandis). Las jugosas larvas de mariposas y polillas tienden a ser expertas en anti-depredación: usando camuflaje, enrollándose en las hojas, e incluso lanzando sus excrementos para disuadir a las aves, ranas y pequeños mamíferos de comerlas. Silbar es algo más que otra flecha en su arco, según informan investigadores esta semana en "The Journal of Experimental Biology". Traducción aproximada en primer comentario.
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