Cada vez es más evidente que esto ya no lo para nadie. Las inyecciones de liquidez han demostrado que el problema nada tiene que ver con la falta de moneda en el interbancario /../ A todo esto corremos el peligro de que un nuevo orden requiera de un exceso de regulación. Traducir regular por controlar es una tentación de la pandilla de inútiles sinvergüenzas que nos han traído a este estercolero.
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