Hay medidas que se pueden adoptar para evitar el deterioro de los sistemas sociosanitarios y que, además, pueden beneficiar a los usuarios. Entre ellas, invertir más en personal y menos en equipos sofisticados, reducir los gastos comunes de los centros de salud y hospitales, sobre todo los destinados a electricidad y calefacción, y, principalmente, invertir en prevención, la medida más efectiva para garantizar una buena calidad de vida.
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