La provincia central china de Sichuan decretó la suspensión temporal de la producción en las fábricas de 19 de sus 21 ciudades ante una ola de calor que ha disparado la demanda de energía, dependiente de ríos y pantanos, que registran niveles muy inferiores a lo habitual. El Gobierno ha priorizado el suministro a residentes antes que a fábricas, aunque en algunas ciudades como Dazhou, las eléctricas ya han advertido de que, si las medidas tomadas no alivian la presión sobre la red, se efectuarán cortes "ordenados" en zonas residenciales
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