Las cantantes de ópera maximizan su emisión sonora en frecuencias en que la orquesta es menos poderosa y en las que nuestro oído posee mayor sensibilidad. Lo mismo en el habla que en el canto, producimos sonidos sostenidos mediante vibraciones de las cuerdas vocales, repliegues de membrana mucosa situados en la nuez que interrumpen de forma periódica el flujo de aire que exhalan los pulmones. Vía:
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