Duquesne Fils-Aime, desnudo hasta la cintura, se introdujo cuidadosamente en el canal, atrayendo miradas de asombro de los espectadores. Cuando finalmente hundió su cabeza bajo el agua - si es que a eso se le podía llamar agua - una inhalación colectiva de expectación se escuchó entre la muchedumbre. Botellas de plástico y bolsas, ropa interior desgarrada, zapatos e innumerables objetos imposibles de identificar cubiertos de lodo negro flotaban en torno de Fils-Aime y sus colegas mientras empezaban un turno más dedicados a limpiar el canal
|
etiquetas: oficios , muerte , infierno , haití , alcantariilas