La Vanguardia ha visitado durante tres días diferentes entidades bancarias de Barcelona. El resultado evidencia que se ha cerrado el grifo. De doce solicitudes de préstamo hipotecario, nueve fueron rechazadas y sólo tres admitidas a estudio. Ya no se presta dinero para comprar viviendas con la ligereza de antes. Los bancos no están interesados en captar patrimonio, quieren capital.
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