Gheorghe Curt es un inmigrante rumano que llegó a España en el 2007 de la mano de su esposa y de sus nueve hijos. No oculta que nunca trabajó. Sobrevive porque es beneficiario de una paga de casi 500 euros (risga) y porque sus dos hijos mayores, que sí tienen empleo, aportan su granito al hogar. Por tanto, el problema de este hombre no es económico. Es que dos de sus hijas pequeñas lo denunciaron por obligarlas a mendigar.
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