Su honradez le hizo popular en las redes sociales el 23 de octubre. El joven “sin techo” que pide frente a la antigua Caja Duero, en Santa Clara, devolvió un móvil de alta gama que encontró en un charco. Cuando su dueño llamó, David respondió: “He salido a comprar algo de comida”. A los diez minutos estaba en su “puesto” habitual para cumplir su palabra. La recompensa de 300 euros acabó bien invertida, “con amigos” para que comieran, y “en pagar deudas”. No entiende el revuelo, “hice lo normal”.
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