Una de las anécdotas más asombrosas, que ha sido confirmada por varios hoteleros, es que los turistas que han comprado el todo incluido, llegan a obtener bebidas que luego revenden en la playa. Acuden al bar del hotel, "piden dos cubatas u otra bebida, se van a la playa, y a algún otro turista le ofrecen el cubata por un euro". Lo propio hacen con cervezas y otros productos. De esta manera quieren obtener algún dinero extra para financiar el coste extra del todo incluido.
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