Está claro: si quieres estar a la última, tienes que hacer un Kickstarter. ¿Qué no eres creador? No importa. Cada uno interpreta la función de la plataforma a su manera. Hay quien la ha usado para saltarse intermediarios y ofrecer su producto directamente a sus fans. Y hay quién la ha utilizado para lanzar productos piratas, pagarse unas vacaciones o, directamente, pedir limosna.
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