Hace un par de años, el capo de Unió, Josep Antoni Durán y Lleida, fue el político más valorado por los españoles. Imagino que obviaron que era un ultra-católico pendenciero y chanchullero y se fijaron tan solo en que era un divertido señor calvo con gafas de colores. Hombre, no negaré que un hombre de esta guisa siempre te alegra el día. Pero si quiero ver adultos con estilismos imposibles, me voy al circo, y no al Parlamento.
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