El gobierno de este país oceánico ha denegado la renovación de visado a Albert Buitenhuis por estar demasiado gordo. Buitenhuis, un inmigrante sudafricano que trabaja como chef y 130 kilogramos (mide 1,78 metros), pidió hace dos meses seguir viviendo en este archipiélago y su solicitud ha sido denegada.
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