[c&p] Igual que el botón de silencio del mando a distancia del televisor, nuestro cerebro filtra los ruidos no deseados para que podamos centrarnos en lo que estamos escuchando. Pero cuando se trata de seguir nuestro propio discurso, un nuevo estudio cerebral de la Universidad de California, Berkeley, demuestra que en lugar de un homogéneo botón de silencio, tenemos una red de configuración de volumen que puede selectivamente silenciar o amplificar los sonidos que hacemos y escuchamos
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