(C&P)Se trata, sin duda, de un fenómeno que experimentamos casi a diario, puesto que estamos rodeados de objetos que nos asisten en multitud de tareas. Si no, ¿por qué podemos cepillarnos los dientes sin tener que mirarnos al espejo? La respuesta es sencilla: somos capaces de cepillarnos los dientes sin ver nuestra la boca o nuestro brazo porque el cerebro ha integrado el cepillo de dientes en la representación de nuestro brazo.
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