Decía el gran Manuel Chaves Nogales «exiliado republicano, nada sospechoso de parcial ni extremista» que a partir de 1936 la estupidez y la crueldad se enseñorearon de la vieja piel de toro. Que el caldo de cultivo de nuestra sangrienta guerra civil fue un virus germinado en los laboratorios de Moscú, Roma y Berlín con las etiquetas de comunismo, fascismo y nacionalsocialismo. Y que el inadvertido hombre español, inculto, rencoroso y a menudo hambriento, se contagió con rapidez. (enlace original cortesía de DetectiveLibrero)
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