La línea de crédito flexible es uno de estos programas sin condicionalidad. Funciona como una línea de crédito normal y corriente (que se diferencia de un préstamo en que solo hay que pagar intereses por lo que finalmente se utilice): se abre y se deja a disposición de un país por si acaso necesita usarla. Es decir, no hay que echarse las manos a la cabeza diciendo que nos ha intervenido o nos va a intervenir. De hecho, la LCF se creó originalmente para dejar que países con un historial sólido tuviera acceso a la financiación evitando el estig
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