Los robots de Kacie Kinzer han dependido siempre de la amabilidad de los extraños. Solamente pueden moverse en una dirección, no pueden enderezarse por si mismos si se caen y no tienen ninguna percepción del mundo que les rodea. La única cosa que tienen estos “Tweenbots” es una simpática sonrisa enla cara y una nota pidiendo a los transeúntes que por favor les ayude a llegar dónde quieren. Así de sencillo, el software funciona. Los robots fueron llevados de forma segura por los extraños que conocieron sin que ninguno fuera dañado o robado.
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