Ayer el Ayuntamiento de Madrid pidió a sus ciudadanos que, por favor, se abstengan de coger el coche para ir a trabajar, dados los altos índices de contaminación que hay en la ciudad. Francamente, no sé cómo no nos echamos al cuello de las Administraciones que dicen estas tonterías. La contaminación es el ejemplo clásico de externalidad negativa que se enseña en el instituto cuando hablamos de economía, la típica situación en la que hasta el planteamiento más liberal acepta que el sector público ha de intervenir para corregir un fallo de mercad
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