Antonio Serrano, discapacitado de 58 años, y su mujer suelen viajar en coche. Este verano vieron un anuncio del servicio de movilidad reducida de Renfe y decidieron viajar en tren. El 12 de agosto, acudieron a la estación de Delicias, avisaron de que llevarían una silla de ruedas eléctrica (plegable) y les vendieron los billetes sin problemas. Pero después fueron a la oficina de movilidad reducida a preguntar unas dudas y allí les avisaron de que no podían viajar con la silla y les recomendaron que buscaran otro medio de transporte alternativo.
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