La Declaración Universal de Derechos Humanos nos da, a todos y todas, la libertad de ofender No es el humor, es la democracia lo que está en juego cada vez que se alguien hace un boicot o judicializa un acto de ficción, sea cual fuera Y dejémonos ya de hablar de los límites del humor y hablemos de los límites de la democracia, porque el límite de la democracia se llama fascismo
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