El asesinato de Oksana Makar (18 años), a quien sus agresores violaron y quemaron viva el mes pasado en la ciudad ucraniana de Nikoláyev, es la gota que ha colmado el vaso. El espeluznante crimen fue cometido por Maxim Prisiazhniuk, hijo de un diputado de la Asamblea municipal de Nikoláyev, y dos amigos suyos. Relacionada:
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