Mercedes es una mujer madura y elegante, de pelo plateado, voz trémula y corazón de oro. Lleva 30 años luchando contra las sectas. 30 años intentando devolver la voluntad robada a su hija en 1979 por “Los niños de Dios”, una de las sectas más peligrosas y destructivas de la historia. Sexo libre, religión manipulada, abuso de menores y torturas; son la carta de presentación del grupo que captó a su Mari Merche cuando todavía jugaba con muñecas. Aún hoy desconoce su paradero. Me reúno con ella en un rincón de Madrid para escuchar su historia.
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