En 1935 aún no se había inventado la corrección política ni la protección a la infancia. El narrador nos explica que el niño, a pesar de ser un gordo, puede pensar e incluso hablar. Después, en el minuto 1:15, vemos que hay unas gradas con público. Alguien acerca al chiquillo una chocolatina y se divierten viendo cómo es capaz de moverse y cogerla.
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