Elliott Dearlove se interesó por el color de la piel de un compañero de escuela en el patio. Una profesora oyó la conversación y, escandalizada, corrió a contárselo a la dirección del centro. De nada sirvió que la madre de la supuesta víctima asegurase que no había mala intención en las palabras del niño, el pequeño Elliott fue inscrito como ‘racista’ en el registro del colegio.
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