Casi treinta horas de angustia e impotencia terminaron felizmente ayer por la tarde para una familia de Ciudad Naranco. Su hijo de 12 años se había escapado de casa el viernes, hacia las tres de la tarde, descalzo y vestido con pantalones cortos y una camiseta de tirantes. Sus padres achacaron la huida al miedo del niño a enseñar las notas del colegio, que todavía no han visto.
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