Durante el último medio año el FBI estadounidense encontró a tres estadounidenses que viajaron a otro país para tener sexo con menores de edad, de los cuales un par viajó a Tijuana y el otro a Filipinas. Las pesquisas por esos casos reveló que la ciudad mexicana tiene una oferta para pederastas a través de intermediarios que fijan un contacto previo a que suceda el encuentro sexual con niñas o niños, quienes los ofrecen como si se tratara de cualquier mercancía: “Nuevecita y recién robada“.
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