Que Bertín Osborne entreviste el 7 de octubre de 2015, y en el prime time de la primera cadena de la televisión pública española, a Carmen Martínez-Bordiú, la nieta de Francisco Franco, sólo puede entenderse como una tomadura de pelo. Una burla al ciudadano que financia este medio de comunicación con sus impuestos. Un desprecio absoluto por el concepto mismo de televisión pública
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