Cuando uno de los socios de un estudio de arquitectura fue a recoger una carta certificada, en Correos le dijeron que debía traer el resguardo sellado por su empresa. Él trató de conseguir su carta tal y como lo había hecho siempre, enseñando el DNI. Le fue imposible. Una normativa de la empresa exigía que los resguardos viniesen sellados. Pensaron en querellarse (no es obligatorio tener sello). Hicieron algo mejor: usar un sello infantil con la cara de Pucca que tenían de un Happy Meal. Y así retiraron la carta certificada de correos...
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