Un biólogo de la Universidad de Philadelphia defende que por Navidad resulta mucho más ecológico cortar árboles reales que comprar de plástico. Si lo tomas como un proceso industrial y realmente vas a plantar otros nuevos en fincas previstas para ello, eligiendo árboles auténticos estarás quitando más dióxido de carbono de la atmósfera que comprando artificiales producidos con derivados del petróleo y transportados desde fábricas chinas.
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