Incluso en las organizaciones más seguras pueden darse este tipo de hechos, pero lo problemático suelen ser eslabones de la cadena no asegurados que convierten en débil toda la infraestructura. En este caso, como hemos dicho, el origen estuvo en una Raspberry Pi que no tenía autorización para estar conectada a la red ni había pasado una certificación de seguridad.
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