No alcanzan los 18 años, no estudian, no trabajan y llevan sobre sus hombros la pesada losa de la inmigración. Ecuatorianos, senegaleses, marroquíes, dominicanos... diferentes lenguas, razas y culturas, pero con un idioma común: la música. Por ellos y para ellos nace la Orquesta Nacional de Lavapiés. Su objetivo es "crear una agrupación musical, trabajar en equipo y ayudar a estos jóvenes a saber convivir con el sistema y recuperar el eje de su vida", explica Amparo Ojea, coordinadora de la ONG el Ojo Loco.
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