Los vecinos temían desde hace tiempo por el estado de la muralla medieval en el tramo que finalmente se desplomó este jueves. Se había enviado "hace meses" un escrito al Ayuntamiento denunciando el peligro que presentaba: "En septiembre recibimos una carta de la arquitecta responsable de su conservación asegurando que no había peligro". Tras el derrumbe, fuentes de Urbanismo del Ayuntamiento de Zaragoza consideran, sin embargo, que la muralla medieval ha sido "la niña de los ojos de los técnicos municipales" pero que estas cosas a veces pasan.
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