Unos salarios indignos: inferior a 500 euros mensuales en la mayoría de los casos, y con el que las trabajadoras malviven. Unas jornadas de trabajo que dificultan, o impiden directamente, la conciliación de la vida laboral y familiar. Un Convenio Colectivo Provincial que no rige en Alcalá de Guadaíra, y que la multinacional Eulen se niega a aplicar, con la complicidad del Ayuntamiento que le adjudicó el servicio.
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