La mujer, vecina de Ferrol, quería tener un gato y acudió a la asociación para la protección y defensa de los animales Gatocán. Lo único que piden a cambio es que se les permita durante los dos años siguientes hacer un seguimiento del animal para comprobar si está bien cuidado. La mujer no permitió inspección alguna, a pesar de los continuos requerimientos por parte de la protectora. Así que se le pidió que devolviera, pero no lo hizo. El juez le impuso una sanción de 700 euros por no respetar el contrato de adopción.
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